Wikileaks revela cómo la CIA nos espió a través de smartphones, Smart TV y otros dispositivos



Wikileaks acaba de publicar una ingente colección de documentación que resume la actividad de la CIA durante los últimos tres años; la agencia de inteligencia cuenta con sistemas de hackeo que le han permitido obtener información privada de los usuarios de Europa y EE.UU. mientras usaban productos tecnológicos tan populares como un iPhone, un smartphone Android o un televisor inteligente.

La primera entrega publicada, títulada “Year Zero” contiene casi 9.000 archivos que han sido filtrados desde “una red aislada y de alta seguridad situada  en el Centro de Inteligencia Cibernética de la CIA en Langley, Virginia”. Así, la combinación de un “ejército” de hackers (más de 5.000, según la información de Wikileaks) junto con un arsenal de herramientas que incluyen malware, virus, troyanos y exploits “zero day” son la clave de la información recopilada por la CIA entre 2013 y 2016.



Este grupo de especialistas, conocido como EDG (Engineering Development Group), habría sido el responsable de ataques a smartphones con iOS o Android, serían capaces de obtener datos sobre geolocalización, audios, fotos o incluso información de aplicaciones consideradas como seguras, tales como WhatsApp o Telegram; no se ha roto el cifrado, sino que se obtiene información directamente desde el sistema operativo (desde capturar pantalla a las pulsaciones del teclado).
También se habla de una intrusión en el sistema operativo de las Smart TV de Samsung, que mantenía el micrófono encendido cuando el televisor estaba en reposo para captar cualquier conversación.



Además de dispositivos móviles, equipos con Windows, Mac, Linux, Solaris o dispositivos como routers, unidades de lectura de discos ópticos o cámaras de videovigilancia también serían objetivo de espionaje, siempre a través de sofisticadas técnicas hacker indetectables para la mayoría de los usuarios.

Un detalle que puede sonar anecdótico pero que sirve para entender la verdadera dimensión del asunto; entre las herramientas se incluyen un programa llamado “Pterodactyl”, diseñado para extraer información de un disquete. ¿Quién usa disquetes en 2017, se preguntará algún lector? Pues los responsables de la fuerza nuclear de EE.UU, por citar un ejemplo.




Por si la situación no os asusta lo suficiente, Wikileaks asegura que CIA ha perdido el control sobre este sofisticado sistema de hacking. Así, la colección de herramientas formada por millones de líneas de código habría sido filtrado a antiguos hackers que han trabajado para la organización y empresas contratistas del gobierno estadounidense, entre otros. Uno de ellos ha sido la fuente que ha permitido a Wikileaks publicar esta información.

Evidentemente, estamos ante una filtración que puede tener graves consecuencias. Por el momento, la CIA no se ha pronunciado pero entre la documentación revelada por Wikileaks se pueden leer extractos de texto en el que reconocen que “sería contrapoducente que se conociera esta información”.

Wikileaks, conciente de la gravedad del problema, ha explicado que han revisado los archivos que componen “Year Zero” y retirado los elementos más sensibles, como la información sobre terrorismo o ciberarmas.

Finalmente, debemos recordar que estamos ante la primera parte de una serie de filtraciones sobre la CIA, la mayor realizada hasta ahora. Ante este escenario, cualquier usuario se siente indefenso. ¿Qué responderá la CIA? ¿Tienen responsabildad las empresas que fabrican el hardware y software que utilizamos?

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